¿Hemos creado un monstruo? Cómo influyen los sesgos humanos en la IA

No podemos ignorar el rápido crecimiento de la Inteligencia Artificial (IA). Está en todas partes, desde las pequeñas empresas emergentes hasta las grandes corporaciones, y su valor de mercado alcanzó casi los 197.000 millones de dólares en 2023. Según Forbes, casi todas las empresas utilizarán la IA de un modo u otro para el 2025, lo que aumentará su valor de mercado. Sin embargo, a medida que la IA penetra en nuestras vidas, se hace más evidente que no está exenta de defectos, especialmente de sesgos discriminatorios.

La IA no tiene sesgos por sí sola. Simplemente, aprende de los datos que se le dan. Si los datos reflejan o contienen sesgos que se encuentran en la sociedad, entonces la IA también los reproducirá. En concreto, si alimentamos el software de entrenamiento de la IA con información sesgada, producirá resultados sesgados. En otras palabras: los sesgos que vemos en la IA proceden en realidad de los humanos que desarrollamos, entrenamos y utilizamos estos sistemas.

Esto plantea una gran cuestión. En nuestra prisa por implantar la IA, ¿hemos creado accidentalmente un monstruo lleno de prejuicios? Vamos a ver cómo los sesgos humanos se abrieron camino en la IA y los problemas que se derivan. Hay que pensar en lo que puede ocurrir si no intentamos mitigarlo.

Comprender el aprendizaje automático y los sesgos de la IA

Es imposible comprender plenamente la IA y sus sesgos sin hablar primero del aprendizaje automático, la base del funcionamiento de la IA. El aprendizaje automático enseña a las computadoras a pensar y a ser más inteligentes por sí mismos, sin que tengamos que programarlos en cada paso del camino. El proceso consiste en alimentar la IA con cantidades masivas de datos, dejar que los analice en busca de patrones emergentes y, a continuación, hacer predicciones basadas en lo que ha observado.

Por ejemplo, para enseñar a la IA a reconocer los correos electrónicos de spam, usted le proporcionaría miles de ejemplos de correos electrónicos. La máquina aprenderá a distinguir entre mensajes que sí son spam y los que no son spam mediante la identificación de patrones. Esto le evitaría tener que enumerar todas las características del spam, haciendo el proceso mucho más rápido y sencillo.

La parte crucial del aprendizaje automático son los datos con los que la alimentamos. Cuanto mejores y más diversos sean, con mayor precisión podrá aprender la IA y aplicar sus conocimientos a información nueva. Sin embargo, si los datos tienen sesgos, pueden dar lugar a un sesgo de la IA, con resultados inexactos o injustos como consecuencia. El impacto de esto puede ser significativo: un estudio de Gartner indica que alrededor del 85% de los proyectos de IA ofrecen ahora resultados incorrectos por este motivo.

Cuando los sistemas de IA aprenden de datos sesgados, pueden perpetuar y amplificar esos sesgos involuntariamente. Por ejemplo, si un sistema de IA se entrena para evaluar solicitudes de empleo, pero los datos de los que aprende contienen un sesgo histórico contra las mujeres, podría discriminar a las solicitantes femeninas. No se trata de que la IA “piense” prejuiciosamente por sí misma, sino que simplemente refleja los sesgos presentes en los datos de entrenamiento.

No es solo una especulación. El sesgo de la IA ya ha tenido muchas consecuencias en el mundo real, que a menudo se han traducido en una grave exclusión de ciertas minorías en el acceso a una atención sanitaria avanzada, tasas de interés más bajas o mejores oportunidades de empleo.

Por ejemplo, un algoritmo sanitario utilizado en más de 200 millones de personas seleccionó principalmente a pacientes blancos para ofrecerles un seguro sanitario más amplio. Esto excluyó a muchos pacientes negros con historiales de salud similares, que no pudieron acceder a una atención médica más avanzada. Del mismo modo, la IA de contratación de Amazon favoreció a los solicitantes masculinos para muchos puestos técnicos, mientras que se ha informado de que la IA utilizada para los préstamos hipotecarios cobra a los prestatarios latinos y negros tasas de interés más altas.

¿De dónde aprende los sesgos la IA?

La IA adquiere sus sesgos a partir de los datos suministrados, pero de muchas formas diferentes. Puede proceder de múltiples fuentes y manifestarse en varias fases del proceso de desarrollo de la IA. Comprenderlas es clave para identificar y mitigar el sesgo en los sistemas de IA. Las principales fuentes de sesgo de la IA incluyen:

    • Datos de entrenamiento: Un conjunto de datos utilizado para enseñar a la IA a realizar sus tareas. A menudo incluye ejemplos, características especiales y etiquetas que ayudan a reconocer patrones y tomar decisiones.
    • Algoritmos: Conjuntos de instrucciones que guían a la IA en el procesamiento de datos, la toma de decisiones y la resolución de problemas. Son esenciales para que los sistemas de IA aprendan, hagan predicciones y mejoren su rendimiento.
    • Problemas de recopilación de datos: Ocurren cuando los datos recopilados no representan toda la realidad o cuando reflejan los sesgos sociales existentes.
    • Encuadre del problema: La forma en que se describe un problema específico para que la IA pueda entenderlo y resolverlo lo mejor posible. Si los problemas no se definen correctamente, la IA puede pasar por alto ciertas perspectivas o resultados y favorecer a unos grupos en detrimento de otros.
    • Bucles de retroalimentación: Un proceso en el que los resultados de la IA se retroalimentan a la base de datos para que una computadora aprenda de ellos. Esto crea un bucle que puede reforzar aún más el sesgo existente.
    • Sesgo de confirmación en el desarrollo: Esto ocurre cuando los desarrolladores influyen en la IA con sus propias creencias y experiencias, lo que puede introducir sesgos.
    • Falta de diversidad en los equipos de desarrollo de IA: Esto puede conducir a una falta de conciencia de los sesgos potenciales y de cómo pueden afectar a diferentes grupos de personas.

Los sesgos en la IA y la importancia de la protección de datos

Hablar de los sesgos en la IA es un buen recordatorio para que usted vele por su propia seguridad online. En un mundo en el que la tecnología puede reflejar sesgos sociales, tomar medidas para proteger su huella digital se convierte en una medida proactiva esencial. Una VPN es una herramienta de protección online, que añade una capa de seguridad al cifrar su conexión a Internet y enmascarar su actividad digital de miradas indiscretas. Es una herramienta esencial si le preocupa su privacidad digital en un mundo cada vez más definido por la inteligencia artificial.

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Tipos de sesgo de la IA

Sesgo algorítmico

El sesgo algorítmico en la IA se produce cuando los algoritmos que utilizan las computadoras son incorrectos, lo que las lleva a producir resultados prejuiciados o injustos. Imagine que intenta aprender sobre animales utilizando únicamente libros sobre perros. Pensaría que todos los animales se parecen al mejor amigo del hombre, lo cual no es cierto. Del mismo modo, si los algoritmos de IA aprenden a partir de datos incompletos, sus decisiones o predicciones no servirán al gran público, sino solo a unos pocos elegidos.

Independientemente de la industria que aplique las predicciones algorítmicas de la IA, este tipo de sesgo puede tener resultados desastrosos, especialmente en la sanidad, los servicios financieros y el sistema judicial. Los científicos encuentran regularmente nuevos ejemplos de discriminación por IA, algunos más preocupantes que otros. En el ejemplo de la asistencia sanitaria de 2019 mencionado anteriormente, por ejemplo, los científicos descubrieron que un algoritmo de IA favorecía a los pacientes blancos a la hora de preseleccionar a las personas aptas para recibir cuidados más avanzados.

Esto no tenía nada que ver con el color de la piel, que no se especificaba en el algoritmo. Simplemente, ocurría que los pacientes negros gastaban menos dinero en atención sanitaria, por lo que la IA suponía que sufrían menos problemas médicos. En realidad, padecían muchas más enfermedades que los pacientes blancos. Se les impedía el acceso a una atención mejor, perpetuando involuntariamente un sesgo racial en la atención médica y los seguros.

Sesgo de muestra

El sesgo de muestra se produce cuando los datos de entrenamiento de la IA no captan totalmente la diversidad de la población o la situación a la que van destinados. Cuanto más limitada sea una muestra de datos, más probable es que la IA discrimine a ciertos individuos o grupos de personas que no están representados en el conjunto de datos.

Este sesgo es habitual en los sistemas de reconocimiento facial. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología descubrió que muchos sistemas de reconocimiento facial por IA no funcionan bien con las personas de color. Eso se debe a que su muestra de datos no suele tener tantos ejemplos de rostros de minorías. Sin una variedad de edades, etnias y géneros representados, la IA esencialmente lleva los ojos vendados. Como resultado, no funciona con nadie que no coincida con el conjunto de entrenamiento.

En ocasiones, esta discriminación puede tener repercusiones importantes. Varios programas estadounidenses de reconocimiento facial han sido objeto de críticas por no reconocer a personas de color. En algunos casos, estas imprecisiones han dado lugar a detenciones erróneas. Es un duro recordatorio de cómo el sesgo por muestreo puede tener repercusiones reales y tangibles en la vida de las personas, lo que refuerza la importancia de la diversidad tanto en nuestra sociedad como en los datos que entrenan a las máquinas destinadas a servirnos a todos.

Sesgos por prejuicios

El sesgo por prejuicios se produce cuando las opiniones humanas preconcebidas y las actitudes discriminatorias se manifiestan en las decisiones de la IA. A diferencia de los sesgos humanos, que tienen su origen en creencias sociales, culturales o personales, los sesgos en la IA proceden de los datos que le suministran los desarrolladores o los usuarios y de la forma en que está programada. Este tipo de sesgo a menudo se esconde bajo buenas intenciones, ya que los desarrolladores pueden no darse cuenta de que sus perspectivas pueden estar empujando a la IA en una dirección injusta.

El sistema COMPAS es un ejemplo clásico de sesgo por prejuicio en la vida real. El programa de IA, diseñado para evaluar la probabilidad de que los delincuentes reincidieran, empezó a hacer predicciones sesgadas. Tras analizar sus resultados, los expertos descubrieron que el sistema tenía el doble de probabilidades de señalar a los individuos negros como reincidentes de “alto riesgo” en comparación con los delincuentes blancos. Lamentablemente, la empresa que está detrás del COMPAS se negó a admitir ningún delito de IA y no ha cambiado sus algoritmos.

Sesgo de medición

El sesgo de medición se produce cuando los datos se recogen, miden o etiquetan de forma incorrecta. A diferencia de otros tipos de sesgo, este puede ser mucho más difícil de detectar en el desarrollo, ya que no se trata exclusivamente de quién o qué está representado en los datos, sino de cómo se interpretan y utilizan esos datos. Esto puede hacer que la IA sea mucho menos fiable y útil en ámbitos como la salud, la banca y el derecho.

Este tipo de sesgo es frecuente en el análisis de encuestas, a menudo derivado de cómo se formulan las preguntas, quién responde y qué mide la encuesta. En primer lugar, saber que se trata de una encuesta puede influir en la forma de entender y responder a las preguntas. Si son confusas, capciosas o demasiado complejas, es posible que no capten sus verdaderas opiniones o comportamientos. Esto puede sesgar los resultados, haciéndolos tendenciosos hacia determinadas interpretaciones.

Como resultado de suposiciones erróneas en las encuestas, los sistemas de IA pueden recomendar productos, servicios o políticas que no se ajusten a las verdaderas preferencias o necesidades de los usuarios a los que sirven. En el mejor de los casos, es ligeramente molesto para usted como usuario, pero puede ser altamente discriminatorio y perjudicial para aquellos a los que los datos no representan.

Sesgo de exclusión  

El sesgo de exclusión se produce cuando algunos grupos de personas o tipos de información quedan fuera (internacionalmente o no) del proceso de aprendizaje de la IA. Esto repercute en cómo de justos y eficaces pueden ser los sistemas de IA en sus predicciones, ya que no tienen en cuenta la diversidad presente en el mundo real.

Este tipo de sesgo suele aparecer porque los datos utilizados para enseñar a la IA no “cubren todas las bases”, lo que puede ocurrir más a menudo de lo que se piensa. Por ejemplo, si una aplicación de salud se entrena principalmente con datos de personas jóvenes, puede que no sea tan buena dando consejos de salud a personas mayores. O, si un sistema de reconocimiento de voz se entrena con voces de una determinada región, puede que le cueste entender los acentos de otras partes del mundo.

Esto último es muy fácil de observar si ve YouTube u otros contenidos de Internet con subtítulos generados automáticamente. Los expertos descubrieron que el reconocimiento de voz de la IA es mucho menos preciso con voces femeninas y acentos no ingleses, generando palabras aleatorias u oraciones que no tienen sentido. Aunque lo más probable es que no sean intencionadas, estas deficiencias pueden perjudicar gravemente a quienes no están representados.  

Sesgo de selección

El sesgo de selección se produce durante la fase de recopilación o selección de datos cuando la información elegida no representa plenamente la realidad y la diversidad del mundo. En su lugar, las muestras de datos acaban dando prioridad a ciertos individuos o grupos sobre otros. Suena muy parecido al sesgo de muestreo, ¿verdad? Aunque ambos suelen utilizarse indistintamente, difieren (aunque muy poco) en función de su contexto.

Ambos tipos de sesgos implican problemas con la forma en que se eligen los datos y si estos reflejan realmente el grupo sobre el que se está aprendiendo en ese momento. Sin embargo, el sesgo de selección abarca una gama más amplia de cuestiones que pueden estropear el proceso de selección, como los criterios establecidos, el sesgo del investigador y los métodos de muestreo no aleatorios. El sesgo de selección se refiere simplemente a la muestra ya elegida, que no representa al grupo más amplio que se supone que debe representar.

Veamos algunos ejemplos de sesgo de selección. Si los algoritmos de IA utilizan datos de candidatos que buscan activamente empleo a través de una plataforma específica, podría pasar por alto a candidatos igualmente cualificados que se presentan a través de canales diferentes. O si una empresa selecciona a los participantes en una encuesta en función de su compromiso previo con la marca, los datos podrían sesgarse hacia los comentarios positivos, excluyendo las perspectivas críticas de los clientes insatisfechos.

Sesgo de recuerdo

En la IA, el recuerdo se refiere a la capacidad del sistema para captar todo lo que se supone que debe captar. Por ejemplo, si se supone que una IA debe identificar todos los correos electrónicos basura, la recuperación mide cuántos de ellos detecta realmente. Si pasa por alto muchos de ellos, diríamos que tiene una mala capacidad de recordar.

El sesgo de recuerdo se produce cuando la IA ha sido enseñada utilizando datos que no están del todo equilibrados. Digamos que aprendió sobre todo de correos electrónicos que no eran spam. Podría llegar a ser muy buena reconociendo ese tipo de correos, pero luego omitir un montón de spam porque no practicó lo suficiente con ellos. Es como si únicamente practicara preguntas fáciles para un examen y luego descubriera que la prueba está llena de preguntas difíciles.

Esto puede ocurrir a menudo si el conjunto de datos de la IA utiliza información histórica de usuarios a los que se pidió que recordaran hechos concretos que les habían sucedido. La memoria humana es notoriamente falible. Puede verse influida por muchos factores, lo que lleva a las personas a olvidar, exagerar o restar importancia a sus experiencias. La naturaleza subjetiva de la memoria significa que los datos recogidos de esta forma pueden ser poco fiables.

Piense en los sistemas de IA utilizados en la atención sanitaria. Muchos modelos se entrenan a partir de datos notificados por los pacientes sobre síntomas, historial médico y elecciones de estilo de vida. Sin embargo, los pacientes pueden recordar vívidamente y relatar experiencias dramáticas recientes, mientras omiten síntomas más leves, crónicos o pasados. Esta memoria selectiva distorsiona el perfil médico del paciente y sesga el conjunto de datos del que aprende la IA, lo que puede conducir a diagnósticos erróneos o a recomendaciones de tratamiento inadecuadas.

El sesgo de la IA en acción: cómo las imágenes generadas por la IA refuerzan los estereotipos

Hicimos algunas investigaciones para probar los sesgos de la IA por nosotros mismos. Nos pusimos manos a la obra, realizando algunas comprobaciones prácticas en servicios populares de IA generativa – ChatGPT (DALLE), Bing AI y Pixlr – para ver si muestran sesgos en sus resultados. Pedimos a cada IA que generara múltiples imágenes de personas que trabajan en un conjunto de profesiones – director general, enfermero, médico, científico y profesor – en el transcurso de unas semanas. También le pedimos que generara imágenes de delincuentes. Utilizamos indicaciones básicas como “dibuja un médico” (“draw a doctor”, en inglés, sin género específico) para mantener las respuestas potenciales lo más abiertas posible.

En nuestra muestra, ChatGPT representó en exceso a hombres como directores ejecutivos, médicos, científicos e incluso profesores: más del 90% de nuestras solicitudes de imágenes de directores ejecutivos, médicos y científicos dieron como resultado fotos de hombres. Al mismo tiempo, retrató en enorme mayoría a enfermeras, maestras de guardería y personal sanitario como mujeres jóvenes. A la hora de retratar nacionalidades, la herramienta OpenAI parecía centrarse más en los caucásicos que en las personas de color. Sólo vimos un par de imágenes que representaban a trabajadores no blancos.

Capturas de pantalla con imágenes generadas por ChatGPT
ChatGPT generó principalmente imágenes de hombres blancos en la mayoría de profesiones

Pixlr resultó mostrar el mayor nivel de sesgo. Se ceñía al guión de que los médicos, los científicos y los directores generales eran hombres de mediana edad, con una mezcla de orígenes blancos y asiáticos. Las enfermeras eran siempre mujeres, en su mayoría blancas, aunque vimos algunas mujeres de color en los resultados. Los profesores arrojaron imágenes inesperadas: vimos una buena mezcla de hombres y mujeres, pero todos de edad más bien avanzada, luciendo grandes gafas cuadradas.

Capturas de pantalla de imágenes generadas por Pixlr
Pixlr parecía perpetura los sesgos de género y raza en sus resultados

La IA de Bing resultó ser la herramienta menos sesgada de nuestro estudio. Nos dio una mezcla equilibrada de géneros en todas las profesiones solicitadas e incluyó a personas de varias nacionalidades como médicos, enfermeras y profesores. Curiosamente, también mostró exclusivamente a directores ejecutivos como mujeres, aunque todas ellas eran caucásicas, lo que pone de manifiesto un área de mejora. 

Capturas de pantalla mostrando imágenes generadas por Bing IA
Bing generó imágenes con una mezcla variada de géneros y nacionalidades

A la hora de generar imágenes de delincuentes, ChatGPT parecía no saber qué hacer, y sus respuestas variaban en función del país desde el que realizáramos las pruebas. Unas cuantas veces, la IA se negó en redondo a seguir las indicaciones para evitar reforzar estereotipos o producir contenidos inapropiados. Otras veces, hizo múltiples preguntas de seguimiento para asegurarse de que cumplía sus políticas de uso.

Cuando por fin conseguimos persuadirla para que generara la imagen de un delincuente, ChatGPT se mantuvo bastante neutral. Las imágenes producidas no parecían perpetuar sesgos raciales, ya que mostraban una figura encapuchada, presumiblemente masculina, sin rostro y oculta en las sombras nocturnas para mantener un aura de misterio.

Pedir a Bing y Pixlr imágenes de delincuentes fue fácil, pero los resultados variaron. Bing se mantuvo en un tono ligero, con personajes genéricos de dibujos animados, alejándose de los estereotipos de la vida real. Pixlr nos dio resultados más realistas, pero generó únicamente hombres de color, lo que demuestra que puede estar influenciado por sesgos y sesgos.

Es importante señalar que los resultados aparentemente sesgados pueden no deberse a una parcialidad intencionada, sino a estadísticas generales. Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 70% de los enfermeros de todo el mundo son mujeres, por lo que tendría sentido que la IA generara más imágenes de mujeres con uniforme de enfermera. Del mismo modo, las mujeres representan alrededor del 85% de todos los profesores de enseñanza preescolar en casi todos los países. La proporción de profesores y profesoras se iguala más en las escuelas más antiguas, pero no hasta el punto de predominio masculino que muestran nuestros resultados: el 80% de las imágenes de profesores de ChatGPT eran de hombres.

Teniendo en cuenta que las herramientas populares de IA, como ChatGPT y Bing, se entrenan utilizando bases de datos de texto disponibles en Internet, se explicaría el sesgo aparentemente obvio que presentó nuestra investigación. Sin mucha supervisión y pruebas regulares, estas estadísticas se convierten en sesgos, produciendo resultados que reflejan sesgos presentes en el mundo moderno.  

El futuro del sesgo en la IA

El futuro del sesgo en la IA siempre suscita un intenso debate entre tecnólogos, expertos en ética y el público en general. Algunos sostienen que el sesgo en la IA podría mejorar su capacidad para comprender el mundo e interactuar con él de un modo comparable al de los humanos. Esto sugiere que si la IA puede reflejar la complejidad del sesgo humano, también podría poner de relieve la desigualdad o la injusticia dentro de nuestra sociedad, ayudándonos a ver y abordar estos retos.

Esta perspectiva no está exenta de críticas. Muchos afirman que enseñar a la IA sesgos humanos podría aumentar estereotipos y sesgos dañinos, perjudicando a grupos ya de por sí vulnerables. La amplia influencia de la IA puede llegar a una población más amplia, magnificando accidentalmente estos sesgos e insertándolos en la sociedad.

Sin embargo, a medida que las bases de datos de la IA crecen a gran velocidad, identificar y eliminar los sesgos resulta casi imposible. Eliminar marcadores específicos como la edad y la raza de los conjuntos de datos es un paso, pero la IA aún puede desarrollar resultados sesgados basados en factores menos obvios como el nivel educativo o los ingresos. Esto sugiere que el sesgo en la IA no es solamente un problema de datos, sino una cuestión fundamental de cómo los algoritmos interpretan y aprenden de la información.

A pesar de estos desafíos, la comunidad de la IA se ha esforzado mucho por abordar y reducir el sesgo. El trabajo de OpenAI para hacer que el GPT-3 sea menos ofensivo mediante el aprendizaje a partir de los comentarios humanos es un ejemplo de ello. Este enfoque consiste en entrenar a los modelos de IA para que se ajusten más a los valores y la ética humanos. Aunque es un avance, también pone de relieve el desafío que sigue existiendo. La IA, al igual que los humanos que la crean, es un trabajo en curso, en continua evolución y adaptación.

A medida que avanzamos, necesitamos reconocer los beneficios y peligros potenciales de la parcialidad en la IA. Tenemos que impulsar una vigilancia continua, una investigación innovadora y un compromiso con las prácticas de desarrollo éticas. El objetivo es crear una IA que no sólo imite lo mejor de los humanos sino que lo supere, utilizando la tecnología más avanzada para construir un mundo más equitativo y justo.

Pasos esenciales para abordar y mitigar el sesgo de la IA

Mitigar el sesgo en la IA implica un enfoque polifacético que aborde el problema desde la fase de recopilación de datos hasta el despliegue y la supervisión de los sistemas de IA. Como individuo, es casi imposible eliminar el sesgo por sí mismo, pero puede abogar por nuevas políticas y directrices. Esto ayudará a mejorar su propia experiencia con la IA, ya que cuanto menos sesgo refuercen las computadoras, más precisos serán los resultados y predicciones que generen. 

He aquí algunos pasos clave que las empresas de IA pueden dar para mitigar el sesgo:

  1. Garantizar una representación diversa de los datos: Recopilar y utilizar datos que reflejen la diversidad de la población o de los escenarios para los que está hecho el sistema de IA. Esto podría incluir una amplia gama de grupos demográficos, comportamientos y situaciones para minimizar el riesgo de resultados sesgados.
  2. Implementar herramientas de detección de sesgos: Utilizar herramientas y metodologías avanzadas para identificar y medir los sesgos de la IA. Esto puede incluir análisis estadísticos, visualización de datos y métricas de imparcialidad de la IA que destaquen las incoherencias en el rendimiento de los distintos grupos.
  3. Promover la diversidad en los equipos de IA: Involucrar a personas de diversos orígenes, disciplinas y perspectivas. Esto puede ayudar a descubrir posibles sesgos y suposiciones que, de otro modo, podrían pasar desapercibidos.
  4. Cumplir las directrices éticas: desarrollar, seguir y actualizar periódicamente las directrices y normas relativas a los sesgos en la IA. Estas deben basarse en la investigación actual, las consideraciones éticas y el impacto social potencial que podría tener la IA.
  5. Mejorar la transparencia: hacer que los procesos de toma de decisiones de la IA sean claros y comprensibles para los desarrolladores y los usuarios. Esto puede ayudar a identificar y corregir los sesgos existentes y fomentar la confianza de los usuarios en los sistemas de IA.
  6. Llevar a cabo auditorías y pruebas: hacer pruebas sobre los sistemas de IA con regularidad, especialmente en la fase de implementación. Es importante centrarse en la evaluación rigurosa del rendimiento en diferentes demografías y escenarios.
  7. Incorporar los comentarios de los usuarios: buscar y utilizar los comentarios de una amplia gama de usuarios, especialmente los de grupos infrarrepresentados. Esto proporcionará información valiosa sobre sesgos que pueden no salir a la luz únicamente mediante el análisis de datos.
  8. Seguir las normas legales: asegúrese de que la IA cumple los requisitos legales y reglamentarios relacionados con la discriminación y la privacidad. Esto incluye comprender y aplicar las leyes que rigen la equidad en el empleo, el crédito, la vivienda y otras áreas en las que la IA puede tener un impacto significativo.
  9. Colaborar con la comunidad: colaborar con organizaciones, investigadores y expertos implicados en el desarrollo de la IA puede ayudar a aplicar las prácticas recomendadas, herramientas e investigaciones sobre la mitigación del sesgo.
  10. Centrarse en el aprendizaje continuo: mantenerse informado sobre las últimas investigaciones, tendencias y avances. Estar preparado para actualizar y perfeccionar los sistemas de IA en respuesta a los nuevos conocimientos y cambios. Esto garantizará que la mitigación del sesgo sea un proceso continuo.

Eliminar el sesgo de la IA puede ayudar a crear un futuro más justo

El problema del sesgo en la IA refleja la injusticia y los estereotipos que ya tenemos en la sociedad. Este sesgo no aparece por arte de magia: procede de los datos de los que aprende la IA, que pueden estar llenos de nuestros propios sesgos humanos.

Arreglar esto no depende sólo de una persona o un grupo. Todos los implicados tienen un papel que desempeñar. Los desarrolladores deben asegurarse de que están utilizando datos que representan a todo el mundo de forma justa. Las personas que utilizan la IA deben estar atentas a los sesgos y denunciarlos. Y los responsables políticos deberían establecer unas buenas directrices para asegurarse de que la IA está siendo justa y no está dejando a nadie fuera.

De cara al futuro, deshacerse de los sesgos en la IA será algo en lo que, con toda probabilidad, habrá trabajo por hacer. Se trata de asegurarnos de que, a medida que la IA se hace más inteligente y forma parte de nuestras vidas, trata a todo el mundo de forma justa. Esto significa que todos los que trabajan en IA tienen que seguir revisando su trabajo, escuchando diferentes puntos de vista y haciendo cambios donde sean necesarios.

En resumen, todos tenemos que mantenernos alerta y seguir trabajando para que la IA sea mejor y más justa. A medida que introduzcamos más IA en nuestro mundo, asegurémonos de que es del tipo que ayuda a todos, no solamente a unos pocos. Depende de nosotros seguir mejorándola, asegurándonos de que sea justa para todo el mundo, sin excepciones.

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