Los niños y adolescentes de hoy en día son la primera generación con una esperanza de vida más corta que la de sus padres, en gran parte debido a graves problemas de salud relacionados con el consumo excesivo de comida rápida o la llamada “comida basura”. Existen más de 39 millones de niños menores de 5 años con sobrepeso, y la obesidad está creciendo a un ritmo acelerado. Aunque las preocupantes estadísticas se pueden atribuir a muchos factores, hay un culpable del que rara vez oímos hablar a pesar del enorme poder que tiene sobre los niños: el marketing de comida basura.
Es importante tener en cuenta que los especialistas en marketing no tratan debileradamente de que los niños no estén sanos. Su objetivo es aumentar las ventas y promocionar sus productos. Son muy buenos en su trabajo, y eso ayuda que sus productos sean deliciosos. Sus anuncios cada vez más atraen a clientes jóvenes, formando así los hábitos alimenticios poco saludables de toda una generación. Pero no temas, porque en este artículo vamos a adentrarnos el mundo del marketing de chucherías y cómo está haciendo que nuestros hijos deseen esas golosinas no tan saludables.
¿Qué se considera comida basura?
La comida basura incluye aquellos productos altos en calorías y bajos en valor nutricional. Por lo general, tienen un alto contenido de componentes poco saludables como azúcares, grasas saturadas y sales, mientras que escatiman en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales, proteínas y fibra. A pesar de su mala nutrición, los sabores adictivos, la conveniencia y el bajo costo de la comida chatarra la convierten en un alimento básico para muchos. La comida chatarra común incluye alimentos fritos, comida para llevar, bocadillos azucarados y salados, y bebidas dulces.
Cuando se trata de comida rápida, la situación no es igual para todos. Cada región tiene sus propios estándares en su producción y distribución. Por ejemplo, en Estados Unidos, el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) es un ingrediente omnipresente en productos que van desde la comida rápida hasta los cereales para el desayuno, e incluso el pan. Sin embargo, este ingrediente no es muy común en la comida de Europa, ya que muchos estudios relacionaron este edulcorante con la obesidad y problemas de salud, lo que llevó a que su uso fuera restringido.
Sin embargo, hay que recordar que la comida basura europea sigue siendo perjudicial. A pesar de que muchos dicen que los productos del Reino Unido tienen un sabor «más saludable» debido a una lista de ingredientes más pequeña y menos aditivos, los alimentos modificados genéticamente están presentes en muchas industrias. Los ingredientes menos insalubres tampoco hacen que la comida chatarra en Europa sea saludable, ya que aun así está llena de grasas, sal y azúcares, en lugar de vitaminas y nutrientes.
A nivel mundial, las tasas de obesidad varían entre los diferentes países, lo que demuestra la rapidez con la que se pueden propagar los hábitos dietéticos poco saludables. Las estadísticas actualizadas muestran que alrededor del 20% de los niños y adolescentes en Estados Unidos tienen problemas de obesidad. En Europa, la tasa media de obesidad infantil es de alrededor del 12,5%, y algunos países muestran tasas diferentes. Alrededor del 17% de los niños son obesos en el Reino Unido, el 15% en Alemania, mientras que un preocupante 40% de los niños en España y el 18% en Francia tienen sobrepeso.
Todo lo que debes saber sobre marketing y por qué funciona
El marketing de comida basura abarca todas las tácticas y estrategias utilizadas por las empresas de alimentos y bebidas para promover y publicitar productos poco saludables, altamente procesados y nutricionalmente pobres. Si bien no fomenta intencionalmente la obesidad, el marketing de comida chatarra crea un fuerte deseo por estos productos, lo que puede influir en sus preferencias dietéticas.
Los niños y adolescentes son particularmente vulnerables a este tipo de publicidad porque a menudo no tienen las habilidades cognitivas necesarias para comprender la intención de los anuncios de comida basura. Los profesionales del marketing lo saben, por lo que a menudo se centran en dar forma a la nueva generación de consumidores. Esto los llevó a adoptar nuevos enfoques y emplear nuevas estrategias, y los restaurantes de comida rápida gastaron más de 5 mil millones de dólares en publicidad para niños y adolescentes en 2019.
En cuanto a las estrategias, la publicidad de comida basura a menudo se muestra con más frecuencia en torno a las actividades de los niños: el horario estelar es cuando las familias ven la televisión, dentro del contenido de videojuegos, o cuando navegan en YouTube. Puede incluir el patrocinio de famosos, personajes atractivos, juegos interactivos y elementos visuales vívidos, lo que lo hace divertido y memorable. Al caminar por las tiendas, notarás que la mayoría de la comida chatarra se exhibe en los estantes inferiores, justo a la altura de los ojos de los niños.
A medida que aprendamos más sobre las diversas formas de marketing de comida basura, descubrirás cómo los anuncios y las estrategias se han vuelto cada vez más sofisticados al tratar de captar la atención y el apetito de los consumidores más jóvenes.
Publicidad tradicional en radio y televisión
Según la Kaiser Family Foundation, en 2021, niños y adolescentes de 8 a 18 años vieron un promedio de 4,5 horas de televisión al día para entretenerse. Ese hábito disminuyó un 20% en 2022, reduciendo entre los jóvenes la audiencia de televisión a 3,5 horas. Sin embargo, el llamado «horario de máxima audiencia familiar» entre las 6 y las 9 p.m. todavía ofrece mucho tiempo para anunciar comida basura a los clientes más jóvenes.
Los anuncios de televisión, con sus imágenes vívidas y melodías pegadizas, son muy eficaces para influir en las preferencias alimentarias de los niños. Los estudios muestran que los niños ven alrededor de 13 anuncios de alimentos todos los días, mientras que los adolescentes ven 16. Solo 1 de cada 10 de estos anuncios son para alimentos saludables como frutas y verduras, el resto son para comida chatarra. Estos pueden venir en forma de segmentos publicitarios cortos colocados entre los programas favoritos, pero también como marketing de colocación de productos (product placement) en películas, programas de televisión, videos musicales y otras formas de entretenimiento.
A diferencia de la publicidad común, la colocación de productos puede hacer que una marca específica forme parte de la trama, logrando que los productos parezcan más atractivos y prestigiosos. Estos van desde muy algo sutil, como las galletas Oreo en “Trampa para padres”, hasta promociones muy obvias, por ejemplo, todo el set de McDonald’s en la segunda temporada de “Loki”. Como resultado, los niños se sienten más inclinados a copiar lo que hacen sus personajes favoritos, lo que aumenta las ventas y atrae a nuevos clientes.
La publicidad en la radio también sigue siendo un medio popular de marketing, porque puede llenar los vacíos cuando los niños no están viendo la televisión o navegando en las redes sociales. Esto maximiza el alcance que cada marca puede obtener y aumenta su exposición, además es especialmente efectivo si una empresa de comida tiene un jingle, una melodía o un eslogan pegadizo que es fácil de recordar y repetir.
Todo esto combinado, crea un campo perfecto para criar una nueva generación de clientes. La exposición constante a anuncios de comida basura, especialmente de marcas similares, también garantiza que los niños aprendan instantáneamente a reconocerlos en la vida real. Según un informe de Compass, el 70% de los niños de tres años reconocen el símbolo de McDonald’s, pero solo la mitad de ellos sabe su propio apellido, y hablamos de una sola marca. Los estudios también muestran que los anuncios de comida rápida a menudo aumentan la cantidad de elecciones de alimentos poco saludables que los niños hacen tan solo 30 minutos después de verlos.
Estrategias en redes sociales
Casi 5 mil millones de personas usan las redes sociales a diario, así que no es de sorprender que el mercadeo de comida basura se haya extendido a través de las plataformas más populares. Según un estudio, los jóvenes ven varios tipos de marketing de estos productos en las redes sociales, entre 30 y 189 veces por semana. La mayoría de estos anuncios contenían promociones de productos con alto contenido de azúcar y comidas rápidas.
Los expertos coinciden en que el marketing de comida basura en las redes sociales es mucho más preocupante que la publicidad normal, ya que ayuda a las marcas a construir una forma de comunicación bidireccional con los niños. Las empresas ahora involucran activamente a las audiencias más jóvenes en sus campañas mediante concursos y sorteos. Por ejemplo, pedirles a los niños que suban una selfie con sus golosinas favoritas, con la esperanza de ganar una dotación anual de ese producto.
El marketing con influencers también se está utilizando más en las redes sociales, lo que hace que las promociones de comida chatarra sean aún más preocupantes. Aunque ocasionalmente puedes encontrar un influencer con experiencia en nutrición, rara vez aceptará promover la comida basura. Esto significa que cualquier anuncio de comida rápida o bocadillos que veas online proviene de personas que no entienden completamente lo que están promocionando o cómo podría afectar a su audiencia.
Muchos estudios muestran cómo influyen estas promociones. En 2017, alrededor del 42% de los videos de influencers de marca promocionaban dulces, mientras que otro 32% incluía bocadillos dulces/salados, bebidas azucaradas y helados. Como resultado, los niños y adolescentes que estuvieron expuestos a estos videos publicitarios consumieron alrededor de un 26% más de calorías que aquellos que no vieron el mismo contenido.
Esta tendencia es particularmente evidente en YouTube. De acuerdo con la Academia Estadounidense de Pediatría, el 90% de las promociones de alimentos en YouTube son para comida basura. Una simple búsqueda rápida en la plataforma revela cientos de videos de niños desempaquetando nuevos juguetes del Happy Meal, reseñando los nuevos chocolates de Hershey’s, y recibiendo paquetes publicitarios de marcas importantes de comida basura. Y dado que los influencers a menudo se sienten como un «amigo» de los espectadores, es más probable que los convenzan de realizar una compra y generar ganancias para la empresa anunciada.
Esto se está convirtiendo en una gran preocupación para los padres, pero es casi imposible de regular. YouTube prohibió que aparecieran anuncios de comida durante los videos para niños en 2020, pero no pudo detener las promociones en vídeo. Los influencers tampoco revelan siempre voluntariamente las colaboraciones con marcas de comida basura, lo que dificulta determinar qué es un anuncio y qué es un contenido normal. Incluso si el gobierno decidiera establecer regulaciones más estrictas, el marketing de influencers no siempre está sujeto a ellas.
Decidimos comprobar por nosotros mismos cómo es el marketing en YouTube. Vimos más de 78 horas de vídeos de YouTube dirigidos a niños en los Estados Unidos, Francia, Alemania y España, lo que resultó en 37 vídeos de cada país. Nuestra investigación confirmó que la plataforma no muestra anuncios de comida basura a los niños, pero sí permite otras promociones, a veces preocupantes.
De acuerdo con nuestros descubrimientos, los niños en todos los países que inspeccionamos están expuestos principalmente al marketing para adultos. La mayoría de los anuncios que encontramos eran de concesionarios de automóviles, ordenadores portátiles, ofertas de seguros y días festivos. YouTube en España y Alemania parecía promocionar nuevos juegos en varias plataformas, incluidas las Nintendo Switch y PC, muchas de las cuales promocionaban contenido que no era adecuado para espectadores tan jóvenes como los vídeos que vimos. De vez en cuando, nos topamos con un anuncio de otro canal de YouTube apto para niños, pero rara vez parecía estar relacionado con el tema del que trataba nuestro vídeo actual. Estos vídeos a veces incluían la colocación de productos de juguetes o videojuegos. También nos encontramos con anuncios de productos como suscripciones a Disney+.
Estos resultados pueden interpretarse como positivos y negativos. Es positivo que los niños no estén más expuestos de lo que ya están a anuncios de este tipo de productos, pero exponer a los espectadores jóvenes a cualquier forma de marketing no es lo ideal. Los estudios muestran que muy a menudo esta práctica crea sesgos falsos en las mentes en desarrollo, que permanecen hasta la edad adulta. Estas percepciones suelen ser muy difíciles de cambiar, lo que obliga a una perspectiva específica sobre ciertas partes de la vida. La proliferación de anuncios de juegos también es preocupante: diversos estudios muestran la naturaleza adictiva de los juegos y su impacto.
La publicidad también tiene como objetivo evocar emociones en sus espectadores. Como adulto, las emociones ser fáciles de entender y manejar, pero los niños a menudo tienen más dificultades para hacerlo. Dado que pueden tomar las situaciones en los anuncios de manera muy literal, pueden asustarse, lastimarse o incluso traumatizarse. También podría alentarlos a realizar acrobacias peligrosas, dependiendo de lo que vean.
Marketing online de comida basura
Además del marketing en redes sociales, las marcas de comida basura a menudo utilizan otras formas de contenido de internet para publicitar sus productos. Las plataformas de juegos suelen ser el foco principal, y algunas empresas crean sus propios minijuegos publicitarios. Estos suelen ser muy simples y consisten en crear un helado o disparar hamburguesas con un cañón. Sin embargo, generan un mayor interés y crean experiencias que los niños recordarán más adelante.
Incluso sin juegos publicitarios, los niños a menudo ven anuncios ubicados a ambos lados y la parte superior e inferior de las páginas web, tales como plataformas de juegos o blogs. Esta es una técnica inteligente para combinar marketing y entretenimiento, lo que dificulta que los niños (y a veces los padres) lo reconozcan como publicidad.
Durante la pandemia, algunas empresas de alimentación comenzaron a poner anuncios en plataformas de aprendizaje. Esto causó gran conmoción. Los expertos en salud e incluso algunas escuelas expresaron su preocupación por los anuncios de bocadillos poco saludables en un ámbito educativo. No solo distrae, sino que anima a los niños a pensar en comida basura cuando ni siquiera tienen hambre. Además, algunas familias no pueden pagar para deshacerse de estos anuncios, lo que significa que algunos niños reciben más impactos este bombardeo publicitario que otros.
La buena noticia es que, después de que muchos plantearan sus preocupaciones, las empresas de comida basura acordaron dejar de anunciarse en las plataformas de aprendizaje. Este es un paso para mantener los espacios de educación online exclusivamente para el estudio, sin anuncios tentadores de comida. Pero es una llamada de atención para que todos estemos al tanto de dónde aparecen los anuncios, especialmente en lugares donde los niños deberían poder aprender y jugar online.
Marketing de comida basura y preocupaciones sobre la seguridad digital
El marketing de comida rápida en el espacio digital, particularmente en plataformas frecuentadas por niños, resalta algunas inquietudes sobre la seguridad digital. Por ejemplo, los niños pueden estar expuestos a publicidad dirigida en páginas web o aplicaciones educativas, donde son más vulnerables a las tácticas de marketing persuasivas. Esta exposición suscita dudas sobre la privacidad online de los niños y el potencial de las prácticas publicitarias manipuladoras.
Una manera de limitar la exposición de niños y adultos al impacto de la publicidad y proteger la privacidad es utilizar una prueba gratis de VPN. Una VPN es una herramienta de ciberseguridad que permite experimentar de primera mano cómo el anonimato de tu conexión a internet y tu ubicación puede limitar la publicidad dirigida. Esto puede ayudar a evitar que tus hijos encuentren anuncios personalizados de comida basura basados en su comportamiento o ubicación online, lo que ofrece una capa adicional de seguridad digital.
Marketing de comida basura en todo el mundo
Estados Unidos
Estados Unidos es el mercado más obsesionado con la comida a nivel mundial, con la 12ª tasa de obesidad más alta del mundo. Más del 80% de la publicidad de alimentos en el país fomenta la comida rápida, las bebidas azucaradas y los bocadillos poco saludables, y las empresas gastan cerca de 10 mil millones de dólares en marketing cada año. Para ponerlo en contexto, el gobierno de Estados Unidos asigna un presupuesto de alrededor de 1.000 millones de dólares para fomentar un estilo de vida saludable y prevenir enfermedades crónicas.
Si bien todos los niños y adolescentes son vulnerables a los anuncios de comida basura, las investigaciones sugieren que los especialistas en marketing a menudo se dirigen a familias de entornos socioeconómicos pobres, así como a comunidades hispanas y afroamericanas. En 2021, los niños afroamericanos vieron hasta un 21% más de anuncios de alimentos y bebidas que sus contemporáneos de raza blanca, mientras que las empresas de alimentos aumentaron su presupuesto asignado a anuncios en español. Este enfoque de marketing se deriva del hecho de que es menos probable que los niños de color tengan acceso a opciones saludables asequibles.
Otro problema con el marketing de comida basura en los EE. UU. es la desinformación presente en muchos anuncios. Muchas empresas utilizan el patrocinio de celebridades o atletas, perpetuando la idea de que sus productos son más saludables de lo que son. También normalizan el consumo de mayores cantidades de comida chatarra mientras ven deportes o televisión, lo que contribuye aún más a la creciente epidemia de obesidad.
Algunos anuncios de comida chatarra en Estados Unidos ni siquiera tienen nada que ver con los productos promocionados, por ejemplo, el infame anuncio de Carl’s Junior en el que Paris Hilton lavaba un automóvil en bikini. Parece que los especialistas en mercadeo se enfocan más en hacer que las marcas sean memorables en lugar de mostrar realmente sus productos. Esta es la razón por la que muchos anuncios de este tipo de comida, que provienen de Estados Unidos, han sido prohibidos en países como Nueva Zelanda, el Reino Unido o Australia.
Estas estrategias publicitarias contribuyen a tasas más altas de obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas entre los niños estadounidenses. El problema se ve agravado por el hecho de que los niños, especialmente los adolescentes, tienen dificultades para resistirse a las recompensas a corto plazo que ofrece la comida chatarra, a pesar de entender que estos alimentos no son saludables. La exposición continua a los anuncios de comida chatarra está dando forma a las normas y expectativas de los niños sobre qué alimentos son aceptables para comer en el día a día.
Reino Unido
En 2020, el gobierno del Reino Unido anunció un ambicioso plan para reducir a la mitad la obesidad infantil en el país para 2030, pero aún no hemos visto nada implementado. A pesar de algunos anuncios prometedores, como la prohibición de anuncios de comida chatarra online y en TV antes de las 9 p.m., todos los proyectos de ley propuestos hasta ahora se han retrasado. Esto significa que la tasa de obesidad sigue aumentando, mientras que los gritos de auxilio se hacen más fuertes que nunca.
Las marcas de comida chatarra están prosperando en este entorno. Las investigaciones muestran que los 18 principales productores de confitería, frituras y bebidas azucaradas pagan más de 190 millones de dólares en publicidad cada año. Eso es alrededor de 30 veces más de lo que el gobierno del Reino Unido gasta en promocionar la alimentación saludable y el ejercicio. El impulso de la comercialización de comida chatarra es claramente visible a través de las estadísticas, ya que los expertos estiman que los niños menores de 16 años vieron 15 mil millones de anuncios de comida chatarra online en 2019, en comparación con “sólo” 700 millones en 2018.
Las familias de escasos recursos socioeconómicos son las que más sienten la falta de atención. Al igual que en Estados Unidos, la publicidad de comida basura en el Reino Unido se centra en gran medida en las zonas más desfavorecidas. De acuerdo a Public Health England, las zonas más pobres de Inglaterra suelen tener hasta cinco veces más puntos de acceso a la comida rápida. Ofrecen alimentos que son hasta tres veces más baratos que las alternativas saludables, lo que influye en gran medida en las elecciones alimentarias de las personas y fomenta hábitos alimenticios poco saludables desde una edad temprana.
Unión Europea
La tendencia de dirigir anuncios de comida chatarra a los niños continúa en los países miembros de la UE, y muchos ahora se enfrentan a una tasa de obesidad de más del 30%. Los países más afectados se encuentran en la parte sur del continente, como España, Grecia e Italia. El problema es tan grave que la dieta mediterránea se considera cosa del pasado, ya que los países alrededor del mar, famosos por sus prácticas alimentarias saludables, se enfrentan ahora a un gran problema de obesidad debido a los nuevos hábitos dietéticos.
A pesar de estos crecientes problemas, la UE todavía no restringe la comercialización de comida basura en sus estados miembros. En cambio, se basa en gran medida en regulaciones voluntarias, con la esperanza de que las propias marcas de comida chatarra sigan su conciencia y código de conducta. Si bien las regulaciones alimentarias más estrictas en Europa hacen que esta comida sea un poco «mejor» que en Estados Unidos, todavía está causando un gran aumento en la obesidad infantil y los problemas de salud relacionados.
Cuando centramos nuestra atención en estados miembros concretos, el problema varía de manera grave. Los niños en Alemania ven un promedio de 15 anuncios de comida basura todos los días. Aunque parezca mucho, no es nada comparado con España, donde los espectadores jóvenes ven alrededor de 24 anuncios diarios, lo que equivale a casi 9.000 anuncios vistos en un año. Estas estadísticas solo cubren la publicidad tradicional, por lo que es probable que este número sea mucho mayor si se incluyen las promociones y los patrocinios de los influencers.
Efectos secundarios a largo plazo en los niños que consumen demasiada comida chatarra
El marketing de comida chatarra es muy exitoso y genera ventas para muchas marcas cada año. La exposición constante a alimentos ricos en energía y pobres en nutrientes lleva a los niños a desarrollar hábitos alimenticios de por vida que son difíciles de romper. Debido a la comercialización de comida chatarra, alrededor del 40% de las calorías que los niños consumen ahora provienen del azúcar y las grasas saturadas. Además, el 60% de los niños comen muy poca fruta, mientras que el 95% come muy pocas verduras.
¿Por qué un anuncio corto puede tener un impacto tan duradero? Todo es manipulación mental. Según la fundación Cancer Research de Reino Unido, ver cualquier contenido alimenticio hace que los niños (y los adultos por igual) sientan hambre, lo que los empuja a comer bocadillos entre comidas. Por lo general, también afecta sus preferencias alimentarias, ya que los equipos de marketing gastan mucho tiempo y dinero en hacer que sus productos parezcan deliciosos en pantalla.
Como resultado del aumento en el consumo de calorías, los niños están subiendo de peso y se enfrentan a muchos problemas de salud graves. La falta de una nutrición adecuada y el alto consumo de azúcar, sal y grasa, conducen a la caries dental en uno de cada tres niños. Como resultado, más niños tienen que someterse a extracciones quirúrgicas. Demasiada comida chatarra puede tener consecuencias mucho peores: presión arterial alta, problemas óseos, diabetes, hígado graso e incluso un derrame cerebral o un ataque cardíaco, que hasta hace poco se consideraban problemas de «vejez».
No solo están en riesgo los niños y adolescentes en edad escolar. Algunos padres comienzan a exponer a sus hijos a la comida chatarra cuando tienen tan solo cinco meses. Según un estudio de UNICEF, casi dos de cada tres niños de entre seis meses y tres años de edad no reciben una nutrición adecuada debido al consumo excesivo de comida basura. Esto puede atrofiar en gran medida su desarrollo y provocar un crecimiento cerebral deficiente, un aprendizaje lento, una baja inmunidad, riesgos de aumento de infecciones y, en algunos casos, la muerte.
Lo más probable es que estos efectos también duren toda la vida. Las investigaciones muestran que alrededor del 55% de los niños que sufren de sobrepeso u obesidad conservan su peso en la edad adulta, ya que es difícil cambiar sus hábitos alimenticios. La obesidad infantil también conlleva problemas de salud mental a largo plazo, como baja autoestima, depresión, cambios de humor y trastornos alimentarios.
La falta de legislación y el papel que juega en el control de la obesidad infantil
Es fácil culpar a la publicidad de comida por hacer que los niños tengan sobrepeso. Al fin y al cabo, las estadísticas están ahí, mostrando lo influyentes que pueden ser estos anuncios para las mentes jóvenes. Sin embargo, no es solo la publicidad la que tiene la culpa aquí: es un resultado de la falta de legislación adecuada, educación para la salud y conciencia pública sobre el problema.
Desafortunadamente, pocos países toman medidas proactivas para abordar las causas subyacentes de la obesidad infantil, como regular la comercialización de comida chatarra o hacer que las opciones saludables sean asequibles. Esto no significa que los gobiernos no lo estén intentando, pero deberían estar haciendo mucho más de lo que están haciendo.
Lucha contra la obesidad en los Estados Unidos
La epidemia de obesidad en Estados Unidos es prevalente, pero no parece preocuparles a tantas personas como debería. A pesar de los llamados a la acción a lo largo de los años, el gobierno aún no ha dado pasos importantes para abordar la obesidad infantil y el consumo excesivo en general. El país no tiene prohibiciones o restricciones sobre la comercialización de comida chatarra para niños, y no hace mucho respecto a la promoción de estilos de vida saludables.
Michelle Obama trató de fomentar una mejor nutrición y promover la actividad física entre los niños con su programa Let’s Move, lanzado en 2010. Desafortunadamente, la medida estaba condenada al fracaso desde el principio, ya que no recibió muchos fondos, a pesar de estar dirigida por la Primera Dama. También carecía de especialistas bien informados que pudieran ayudar a convertir el programa en una campaña exitosa.
Algunas personas también decidieron boicotear la iniciativa Let’s Move simplemente porque fue liderada por la propia Michelle Obama. El programa recibió respuestas mixtas desde el principio, casi predefiniendo su éxito, o la falta de él. A pesar del objetivo de disminuir la obesidad infantil en un 5% para 2030, la campaña aún no ha visto ningún resultado.
Algunos estados de EE.UU. implementaron un impuesto al azúcar dentro de sus fronteras, pero no es una legislación a nivel federal. Estos impuestos han tenido diversos grados de éxito. En algunas ciudades, como Boulder, Filadelfia, Oakland, San Francisco y Seattle, la introducción de impuestos al azúcar redujo las compras de bebidas azucaradas hasta en un 33%. Sin embargo, el impacto de estos impuestos en la salud pública en general sigue siendo objeto de estudio y debate.
La falta de legislación en torno a la comercialización y distribución de comida chatarra hace que algunos residentes estén abordando la obesidad con medicamentos. En 2023, vimos una gran escasez de Ozempic, un medicamento utilizado para la diabetes con un efecto secundario adelgazante, pero es solo uno de los muchos medicamentos que los pacientes con sobrepeso tienden a usar. Si no se regula, podría crear un problema de posible uso indebido de medicamentos y adicción.
Medidas legislativas contra la obesidad en el Reino Unido
El Reino Unido tiene un enfoque más proactivo para abordar la obesidad infantil. El gobierno introdujo una serie de nuevas medidas para restringir el acceso a la comida chatarra durante la última década, junto con campañas con muchas celebridades que promueven estilos de vida más saludables entre los niños. Los cambios más importantes incluyen restringir la exhibición de alimentos poco saludables al pagar en las cajas, poner etiquetas obligatorias con las calorías en los menús de los restaurantes, y un sistema de etiquetado de advertencia en todos los productos.
Además, el gobierno de Reino Unido introdujo un impuesto sobre las bebidas azucaradas en 2018. La nueva ley significa que cualquier productor o importador de una bebida azucarada debe pagar un gravamen para compensar los daños. El gravamen no se aplica a las bebidas con menos de 5 g de azúcar por cada 100 ml, pero puede llegar hasta los 24 peniques por litro en los refrescos que contienen más de 8 g de azúcar por cada 100 ml. Hasta ahora, ha sido un gran éxito, ya que el azúcar total vendido en refrescos por minoristas y fabricantes disminuyó un 35,4% entre 2015 y 2019.
A la hora de promover un estilo de vida saludable en las escuelas, el gobierno del Reino Unido también ha realizado algunas mejoras, en gran parte debido a las campañas nutricionales de Jamie Oliver. Hasta ahora, las escuelas han tenido que eliminar las máquinas expendedoras de comida chatarra, comenzar a ofrecer clases de nutrición a los alumnos, y adherirse a la nueva guía de comidas escolares. Estos incluyen cambiar las bebidas azucaradas por alternativas saludables, limitar los alimentos fritos a dos veces por semana y ofrecer una variedad de verduras con cada comida.
Lamentablemente, las regulaciones nutricionales rara vez son aplicadas por el gobierno o las autoridades locales. Esto significa que el cumplimiento de las escuelas varía mucho y depende de varios factores, como el presupuesto y la financiación, que a menudo escasean.
Recientemente, el gobierno del Reino Unido anunció su plan para prohibir los anuncios de comida basura online y en televisión antes de las 9 p.m. Esta sería una gran acción, y un primer paso hacia la restricción del alcance de la comercialización de comida chatarra. Sin embargo, el proyecto de ley se ha pospuesto varias veces, y la fecha de implementación actual está fijada para octubre de 2025.
La legislación propuesta sigue siendo objeto de nuevas revisiones, y se ha modificado drásticamente desde que se anunció por primera vez. Su forma actual permite anuncios solo de marca, lo que crea un vacío legal para que las empresas de comida chatarra reproduzcan promociones antes de las 9 p.m., siempre y cuando no muestren ningún alimento. Si una marca de comida chatarra tiene una página web o redes sociales, sería libre de comercializar sus productos allí, independientemente de la hora. Las empresas más pequeñas también estarían exentas de la restricción, al igual que la publicidad en vallas publicitarias, radio y carteles.
Regulaciones de publicidad de comida basura en la Unión Europea
Al igual que Estados Unidos y el Reino Unido, la UE confía en que las empresas se autorregulen en lo que respecta al mercadeo de comida chatarra. Sin embargo, la Unión animó a los Estados miembros a seguir su plan de acción para hacer frente a la obesidad infantil en 2014-2020. Las directrices propuestas incluían abordar los patrones de alimentación poco saludables, los patrones de actividad física, los estilos de vida sedentarios y el estatus socioeconómico de los padres.
Muchos Estados miembros de la UE también abordan el problema de obesidad infantil con su legislación. Esto difiere según el país, ya que algunos priorizan la promoción de estilos de vida saludables por encima de otros.
Francia tiene uno de los programas más exitosos, EPODE, que se traduce como «Juntos prevengamos la obesidad infantil». Examina todos los aspectos de la vida de un niño para identificar las causas fundamentales de la obesidad. También involucra a todos en la vida del niño cuando se trata de implementar cambios, incluidos los padres, las escuelas, los médicos, las comunidades e incluso las empresas. Al programa se le atribuye ser una de las principales razones por las que Francia tiene una de las tasas de obesidad infantil más bajas de Europa.
Además, el gobierno francés prohibió las máquinas expendedoras de bebidas gaseosas y bocadillos en las escuelas, así como la publicidad engañosa en televisión e impresos. Estableció un impuesto del 1,5% a las empresas de comida basura que no promuevan una alimentación saludable. Más recientemente, el país también decidió poner en marcha un nuevo programa de tratamiento para los niños que ya tienen sobrepeso. Incluirá la elaboración de una dieta especial, un plan de actividad física y asesoramiento psicológico.
El gobierno alemán a menudo se enfrenta a la reacción violenta de los residentes y las corporaciones del país cada vez que intenta implementar restricciones estrictas sobre la comida chatarra y la obesidad. Debido a esto, la legislación actual sobre el tema es bastante vaga. El país tiene algunas pautas dietéticas y de actividad física para niños y adolescentes, etiquetas nutricionales informativas en los productos y restricciones indulgentes sobre la publicidad de comida chatarra. Sin embargo, estos siguen siendo solo voluntarios.
Por último, España ha presentado recientemente un nuevo plan que tiene como objetivo reducir la obesidad infantil en el país en un 25% para 2030. El plan seguirá los pilares de los hábitos de vida saludables, como la actividad física, la alimentación saludable, el sueño y el bienestar emocional. Como parte de ese plan, el país está buscando introducir una prohibición de publicidad para detener la promoción de alimentos y bebidas poco saludables.
Cómo proteger a tus hijos del marketing de comida basura
Como padre, puedes tomar ciertas precauciones y medidas para proteger a tus hijos de los efectos de la publicidad de comida basura:
- Guíalos con conocimiento: enseña a tus hijos sobre la importancia de una alimentación saludable. Explica cómo, si bien todos los alimentos pueden desempeñar un papel en un estilo de vida saludable, algunos alimentos son mejores para sus cuerpos y mentes y los harán sentir mejor. Muchos gobiernos ofrecen recursos para ayudar a los padres, como el programa Start for Life del Reino Unido para bebés y niños pequeños. También puedes mostrarles las tácticas utilizadas en el marketing de comida chatarra, como anuncios pegadizos o empaques divertidos, para que puedan reconocerlos y tomar decisiones informadas.
- Ofrece alternativas saludables en el hogar: mantén tu hogar abastecido con bocadillos sabrosos y saludables. De esta manera, cuando los niños vean anuncios tentadores de comida chatarra, tendrán mejores opciones a mano. Ofréceles frutas, nueces y dulces caseros que sean deliciosos y nutritivos.
- Limita el tiempo frente a la pantalla: dado que gran parte del mercadeo de comida chatarra se realiza a través de pantallas, limita el acceso de tus hijos a él. El juego al aire libre y otras actividades los mantienen alejados de la publicidad constante y fomentan el movimiento físico.
- Enséñale a ser un espectador crítico: cuando veas la televisión o navegues en internet con tus hijos, habla sobre los anuncios que ve. Hacer preguntas como «por qué crees que quieren que compres esto?» puede ayudar a fomentar el pensamiento crítico sobre las tácticas de mercadeo.
- Sé un modelo a seguir: los niños a menudo imitan a los adultos, así que muéstrales que tú también eliges opciones saludables. Cuando eliges bien los alimentos y limitas tu consumo de comida basura, es más probable que ellos hagan lo mismo.
- Promueve la actividad física: fomenta el ejercicio regular para equilibrar su estilo de vida. Actividades como los deportes, el senderismo o el ciclismo no solo son formas saludables, sino también divertidas de desviar su atención de la publicidad y los antojos de comida chatarra.
- Participa en programas escolares y comunitarios: involúcrate en los programas de nutrición escolar de tus hijos. Aboga por comidas y refrigerios saludables, y apoya iniciativas que limiten la comercialización de comida chatarra en las escuelas y sus alrededores.
Recuerda, el objetivo no es prohibir la comida basura por completo, sino crear un enfoque equilibrado tanto para la alimentación como para el consumo de medios. Con paciencia y constancia, puedes reducir significativamente el impacto de la comercialización de comida chatarra en tus hijos.
Avanzando con el marketing de comida chatarra
Aunque los vendedores de comida chatarra solo quieren promocionar sus productos y no causar problemas de salud a largo plazo, sus estrategias, especialmente en el ámbito digital, influyen significativamente en las elecciones dietéticas y la salud de los niños. Desde los anuncios de televisión hasta las campañas en las redes sociales, el poder persuasivo del mercadeo de la comida chatarra es formidable, y a menudo eclipsa los esfuerzos para promover una alimentación saludable en todos los países.
La lucha contra la obesidad infantil no es solo un problema local o nacional, es una preocupación global que requiere un enfoque colectivo. Países de todo el mundo, incluidos Estados Unidos, el Reino Unido y los estados miembros de la UE, están lidiando con este problema de diferentes maneras. Desde el EPODE de Francia hasta las prohibiciones publicitarias propuestas por el Reino Unido, hay esfuerzos para mitigar el impacto de la comercialización de comida basura. Sin embargo, la efectividad de estas medidas varía, y aún queda mucho trabajo por hacer.
Para abordar realmente este problema, necesitamos una respuesta internacional coordinada. Podría incluir regulaciones más estrictas sobre la publicidad de comida chatarra, especialmente en espacios digitales frecuentados por niños, y estándares globales para las prácticas de mercadeo. También es vital mejorar la conciencia pública y la educación sobre los efectos de la comercialización de la comida chatarra. Al trabajar juntos, los gobiernos, las organizaciones de salud, los educadores y los padres podemos crear un futuro más saludable para nuestros hijos.
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