Datos Fríos
Origen de los datos fríos
El concepto de datos fríos surgió cuando las organizaciones comenzaron a generar y recopilar datos a tasas sin precedentes. Los orígenes se pueden rastrear hasta la necesidad de administrar eficientemente grandes cantidades de datos que pueden no ser necesarios para su uso inmediato, pero que deben conservarse para su consulta futura, el cumplimiento regulatorio o los registros históricos. Esto llevó al desarrollo de soluciones y estrategias de almacenamiento diseñadas específicamente para los datos que se acceden con poca frecuencia.
Aplicación Práctica de Datos Fríos
Un ejemplo destacado de la aplicación de datos fríos se encuentra en la industria de la salud. Los registros médicos deben conservarse durante un período prolongado debido a los requisitos regulatorios, pero no se acceden a ellos diariamente. Al almacenar estos registros como datos fríos, los proveedores de atención médica pueden reducir los costos de almacenamiento mientras aseguran que los datos se preservan de manera segura y pueden ser accedidos cuando sea necesario, como para el análisis de tendencias históricas de salud.
Beneficios de los datos fríos
Almacenar datos en un estado frío puede reducir significativamente los costos de almacenamiento, ya que las soluciones de almacenamiento frío suelen ser menos costosas que las utilizadas para los datos calientes, que requieren acceso rápido. Además, el almacenamiento de datos fríos ayuda a mejorar la gestión de datos al despejar las bases de datos activas, lo que a su vez mejora el rendimiento de las herramientas y aplicaciones analíticas. También juega un papel en la gestión de riesgos y la conformidad, asegurando que incluso los datos menos accedidos se almacenen de manera segura y puedan recuperarse cuando sea necesario.
Preguntas Frecuentes
Los datos fríos se acceden con poca frecuencia y se almacenan a largo plazo, generalmente a un menor costo. Los datos calientes se acceden con frecuencia y requieren soluciones de almacenamiento rápidas, que suelen ser costosas. Los datos tibios se encuentran en medio, se acceden con más frecuencia que los fríos pero con menos frecuencia que los calientes.
Los datos fríos a menudo deben conservarse por razones legales, regulatorias o históricas. Borrarlos podría resultar en incumplimiento de las leyes o pérdida de valiosa información histórica.
Sí, si surge la necesidad de acceder y analizar datos fríos, como en casos legales o investigaciones históricas, estos pueden convertirse en datos calientes. Por lo tanto, las estrategias de almacenamiento deben permitir la flexibilidad para transitar los datos entre estados según sea necesario.