Sharenting: los riesgos y la manera correcta de hacerlo

Ser padre ya es lo suficientemente difícil con la gestión de horarios y actividades diarias. Pero la era digital ha añadido un nuevo conjunto de desafíos, tanto para los niños como para los padres.

La mayor preocupación suele ser el uso que los niños hacen de los dispositivos y plataformas digitales. Pero, ¿qué pasa con los padres? Con el uso de las redes sociales, muchos niños son prácticamente introducidos al mundo digital desde el momento en que nacen.

El padre promedio comparte más de 70 fotos y alrededor de 29 vídeos de sus hijos cada año.»

La mayoría de los padres publican fotos y actualizaciones con las mejores intenciones. La principal motivación es compartir estos momentos especiales con un círculo más amplio de amigos y familiares, simplemente. A veces, hay un elemento de conveniencia, ya que una sola imagen compartida de manera privada puede reemplazar varios mensajes de WhatsApp. Y en muchas ocasiones, también estamos buscando esa dosis de endorfinas que nos generan los “me gusta” y comentarios que recibimos.

Todo esto está bien, pero también tiene un costo. Según el regulador del Reino Unido, Ofcom, el padre promedio comparte más de 70 fotos y alrededor de 29 videos de sus hijos cada año. Más de un tercio de los padres (41%) informan que practican el «sharenting», y según el Comisionado de la Infancia, el joven promedio tendrá un rastro digital de aproximadamente 70,000 publicaciones sobre ellos cuando cumplan 18 años.

Hay una línea fina, casi invisible, entre compartir los momentos felices de tu familia y proteger la privacidad de tus hijos en el complicado mundo digital de hoy. Aquí hemos combinado nuestra experiencia como padres con nuestro conocimiento en seguridad y privacidad online para crear una guía sobre sharenting. Ya sea configurando controles parentales, habilitando filtros o usando herramientas tecnológicas como una extensión VPN para Chrome, aquí tienes todo lo que necesitas saber.

¿Qué es el sharenting? (Significado y definición)

El término “sharenting” es un acrónimo que combina dos palabras: compartir y ser padre. Su uso se remonta a un artículo del Wall Street Journal en 2012, escrito por Steven Leckart. Diez años más tarde, se consolidó en la cultura moderna cuando fue añadido al Oxford English Dictionary, con la definición: “la acción o práctica de compartir noticias, imágenes o videos de los hijos en redes sociales.”

El contenido que se comparte puede variar desde fotos de unas vacaciones de verano publicadas de manera privada en una red social, hasta vloggers que básicamente promocionan a sus hijos como influencers. El espectro es amplio, lo que añade complejidad al tema.

Los beneficios del sharenting

Algunas plataformas pueden hacernos olvidar que las redes sociales pueden ser una fuerza para el bien. Los comentarios amargos y el clickbait son solo una (lamentablemente grande) parte del panorama. También hay mucho contenido útil e interesante, además de que las redes sociales cumplen con uno de sus propósitos originales: permitir que las personas se mantengan conectadas con sus seres queridos.

Incluso compartir información sobre tus hijos online puede ser beneficioso para todos los involucrados. Aquí están las principales razones:

Crear nuevas conexiones y fortalecer la comunidad

Imagina que acabas de mudarte a un nuevo vecindario en pleno verano. La escuela aún no ha comenzado, por lo que tienes un par de meses para matar el tiempo. Conocer gente en el parque es genial, pero puedes acelerar tu sentido de pertenencia y hacer nuevas amistades compartiendo de manera selectiva con tus nuevos vecinos.

Algunas áreas pueden tener grupos de WhatsApp o Facebook a los que te puedes unir para presentar a tu familia y destacar algunos de tus intereses. Estos tipos de comunidades también suelen promover actividades interesantes en las que puedes participar, lo que te ayudará a sentirte más conectado.

De hecho, construir estas conexiones puede tener un impacto positivo en la salud mental de tu familia. Un informe de UNICEF de 2024 revela que el 63% de los padres tienen dificultades con su salud mental, a menudo debido a la falta de apoyo y sentimientos de soledad. Involucrarse con tu comunidad, incluso online, puede ayudar a aliviar algunos de estos desafíos.

En otros casos, puede ser simplemente seguir a personas que conoces casualmente, con la esperanza de que una conexión digital se convierta en una relación significativa en el mundo real.

Nutrir relaciones existentes

Además de ayudarte a construir nuevas conexiones, el sharenting es una excelente manera de nutrir las relaciones existentes. Muchos de nosotros tenemos amigos y familiares dispersos por todo el país, o incluso alrededor del mundo. Mantenerse en contacto con los seres queridos no es fácil cuando estás criando una familia, y es aquí donde compartir fotos o videos de manera privada en redes sociales puede ser útil. Una sola publicación puede hacer el trabajo de una docena de videollamadas, permitiendo que los más cercanos compartan la alegría de los primeros pasos del pequeño.

 El lado oscuro del sharenting: cuando las cosas pueden salir mal

Si bien el sharenting tiene sus beneficios, no todo es color de rosa. Compartir contenido sobre tus hijos online puede tener consecuencias no intencionadas, especialmente cuando se trata de la privacidad de tu hijo y su derecho a controlar su propia identidad digital. Lo que comienza como una publicación inocente podría terminar afectándolos de maneras que no habías anticipado.

Consentimiento personal y propiedad

El sharenting puede tener consecuencias serias y de largo alcance para los niños involucrados. Por ejemplo, en 2016, una adolescente austriaca finalmente se cansó de las publicaciones de sus padres online. Después de que publicaron más de 500 fotos de ella a lo largo de siete años sin su consentimiento, ella ocupó titulares internacionales al amenazar con demandarlos. En ese momento, afirmó que las fotos habían hecho de su vida un infierno.

No solo los padres comunes cometen estos errores. Gwyneth Paltrow, la reina del bienestar y la vida consciente, logró cometer el error definitivo en el sharenting. A pesar de su supuesta experiencia en redes sociales, se llevó una reprimenda de su hija Apple, de 14 años. Paltrow publicó una foto sin su permiso, y cuando fue llamada a atención, no se echó atrás. En su lugar, respondió con un clásico movimiento de padres: “¡Ni siquiera se te ve la cara!”— una respuesta que de alguna manera pasó por alto el punto principal del problema: el derecho de Apple a gestionar su propia presencia digital.

Sin embargo, puede que se vuelva aún más difícil para los niños tomar el control. En algunos países, como Australia, los niños menores de 16 años podrían estar legalmente prohibidos de iniciar sesión en plataformas como Instagram, Facebook y TikTok (aunque la viabilidad de bloquearlos es otro asunto). Pero al mismo tiempo, sus padres podrían estar compartiendo sus imágenes, miles de ellas, antes de que lleguen a esa edad.

Mientras tanto, en la mayoría de los países, la edad mínima establecida por los términos de uso de estas plataformas es de 13 años, sin embargo, la presencia digital comienza prácticamente al nacer para muchos, gracias al sharenting.

Esto hace preguntarse: ¿cuándo el derecho de los padres a compartir sobrepasa los límites de la privacidad de sus hijos? ¿Y qué sucede cuando tu pequeño ya no es tan pequeño y de repente no está contento con ese rastro digital que dejaste atrás?

Ética y consecuencias a largo plazo

Un número creciente de padres también está comenzando a hacerse estas preguntas. De hecho, una encuesta indica que el 66% de las personas piensa que compartir sobre los niños en las redes sociales afecta negativamente su privacidad, mientras que el 87% considera que el exceso de compartir sobre un niño es una forma de negligencia y abuso.

Apoyando esta preocupación, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño establece que los niños deberían tener voz antes de que sus padres publiquen cualquier cosa sobre ellos online. Aunque esto no es un requisito legal en la mayoría de los lugares, países como Francia e Italia ya están tomando medidas para proteger la privacidad en línea de los niños con leyes reales.

Finalmente, tu hijo tendrá pleno control sobre cómo y cuándo aparece online cuando llegue a la vida adulta. Claro, podrían tomar medidas para borrar parte de su rastro digital, ejerciendo el Derecho al Olvido de Google o eliminando sus datos de los corredores de información. Pero como dice el dicho, internet es para siempre. El contenido no siempre se puede eliminar de manera forzosa si fue producido o compartido por alguien más. Incluso cuando es posible, puede involucrar procesos tediosos como las solicitudes de eliminación bajo la DMCA. ¿No sería mejor si tus hijos no quisieran borrar su pasado en primer lugar?

Los peligros del sharenting

Compartir fotos de tus hijos puede parecer una diversión inocente, pero hay más en juego que solo algunos “me gusta” o comentarios de la Tía Bea en Boise. Más allá de las preocupaciones éticas, el sharenting conlleva peligros muy reales y prácticos.

Como diría Helen Lovejoy de Los Simpson: “¿Es que nadie va a pensar en los niños?”, solo que esta vez no es solo una broma. Cuando compartimos la vida de nuestros hijos online, puede haber consecuencias en el mundo real, no solo para ellos, sino también para nosotros como padres. Aunque no todas las familias que comparten contenido online enfrentarán estos problemas, hay ciertos riesgos que todos los padres deberían conocer.

Alimentando a la bestia del cibercrimen

Cuando compartes contenido sobre tus hijos online, puede llegar fácilmente desde el iPad de la abuela a las manos equivocadas. Los cibercriminales pueden tomar incluso la información más pequeña, como el cumpleaños de un niño, y usarla como base para un ataque de phishing basado en ingeniería social. Este es un tipo de estafa que usa datos reales para engañar a la víctima y que revele más información. El resultado final puede ser fraude o robo de identidad.

De hecho, datos de Barclays reportados por la BBC sugieren que la información “compartida” podría ser responsable de dos tercios (66%) de los casos de fraude de identidad reportados por jóvenes y costar hasta $885 millones por año. El aumento de la GenAI amplifica aún más estos riesgos, ya que nunca ha sido más fácil crear correos electrónicos de estafa convincentes. Incluso las voces, que fácilmente pueden extraerse de un video compartido en Instagram, ahora están siendo clonadas y utilizadas en estafas telefónicas, a través de la tecnología deepfake.

Si eliges compartir imágenes, videos y otro contenido sobre tu familia en las redes sociales, es mejor hacerlo de manera privada. La mayoría de las plataformas como Facebook, Instagram y TikTok tienen configuraciones que permiten que tus publicaciones solo se compartan con las personas que has permitido seguirte. Mientras las conozcas personalmente, al menos sabrás quién está viendo tu contenido.

Filtrando la información sensible de tus hijos

Además de los riesgos digitales, también hay posibles peligros en el mundo real que considerar antes de compartir. Incluso una foto aparentemente inofensiva puede revelar detalles sobre dónde están de vacaciones o a qué escuela van tus hijos, como recientemente descubrió la princesa Eugenia de Gran Bretaña cuando los comentaristas en Instagram rápidamente señalaron que estaba de vacaciones en una parte muy específica de Portugal. Algunos incluso afirmaron que podían identificar la playa exacta de la foto.

Credit: @princesseugenie; Instagram

Un vistazo rápido a la cuenta de Instagram de los hijos de famosos, como Alexis Olympia, hija de Serena Williams, revela publicaciones similares donde fácilmente se puede localizar en famosos puntos de referencia de París, Londres y el Mall of America.

Estos ejemplos destacan que, incluso cuando desactivas configuraciones como el etiquetado de ubicación, aún puedes filtrar información sensible. Lamentablemente, los criminales y depredadores podrían explotar estos detalles. Aunque esto puede parecer más relevante para los niños en el ojo público, las familias normales enfrentan los mismos riesgos. Una publicación casual que muestra a tu hijo con el uniforme escolar o en un parque familiar puede revelar tanta información como las publicaciones de famosos.

Acoso y ciberacoso

Hay un lado más personal del sharenting, uno que podría afectar potencialmente la autoestima y la salud mental de tu hijo. Según la Encuesta Nacional de Padres de 2023, el 37% de los padres dice que el abuso en redes sociales y online es su principal preocupación para sus hijos, con un 20% específicamente preocupado por el ciberacoso.

Es difícil imaginar que compartir una foto adorable podría llevar al trolling, pero ese es el mundo en el que vivimos. La información que publiques sobre tus hijos podría invitar comentarios groseros, hirientes o directamente abusivos. Si tus hijos tienen edad para leer, tienen la edad suficiente para ver lo que se dice en las redes sociales. Esto puede afectar negativamente su salud mental, especialmente cuando están en una etapa crucial de su desarrollo, potencialmente socavando la autopercepción que están tratando de construir.

Luego está el futuro a considerar. ¿Esas fotos familiares y graciosas, pero embarazosas que compartiste? Podrían caer en manos de acosadores en la vida real. Incluso el hecho de que publiques sobre tus hijos podría convertirse en motivo de burla: “¿Tu mamá todavía publica en Instagram por ti?” Suena como el tipo de comentario del que los aspirantes a acosadores se aprovecharían.

 Los efectos a largo plazo del sharenting son desconocidos

Por último, está el simple hecho de que aún no conocemos los efectos completos de que los niños crezcan en un mundo completamente conectado y compartido. La generación de niños que está madurando ahora será la primera en experimentar el impacto total de estar online antes de siquiera aprender a usar el baño, especialmente con el auge de los medios de formato corto y plataformas como TikTok que aceleran la exposición a las redes sociales.

“El sharenting es una de esas cosas interesantes cuyos efectos a largo plazo aún no conoceremos, simplemente porque es un concepto tan nuevo, al igual que no podemos estar seguros de los efectos a largo plazo del uso de las redes sociales en los niños”, dice Shenella Karunaratne, consejera profesional licenciada con una Maestría en Psicología Clínica. “En los próximos cinco o diez años, cuando los niños pequeños que hoy están siendo compartidos en las cuentas de sus padres abran cuentas en redes sociales por sí mismos, quizás comencemos a ver resultados más tangibles de este fenómeno.”

Con estudios clínicos y los efectos a largo plazo del sharenting en la salud mental aún desconocidos, es mejor pecar de cautelosos y compartir menos que sobrepasar los límites. Lo mismo ocurre con el rápido crecimiento de la IA, ya que todavía no estamos claros sobre cómo se están utilizando realmente los datos recopilados para entrenar la IA (incluidos los generadores de imágenes de IA).

Cómo disfrutar del sharenting de manera responsable: consejos de expertos para padres

Hemos tocado algunos de los peligros del sharenting, pero eso no significa que debas dejar de compartir esos momentos preciosos por completo. Con algunos ajustes reflexivos y conversaciones honestas con tus hijos, aún puedes compartir de manera responsable. Aquí te decimos cómo:

1. Fomenta la comunicación abierta y honesta con tus hijos

El sharenting proporciona una gran oportunidad para tener conversaciones continuas con tus hijos sobre lo que es apropiado compartir online. Al hablar sobre qué tipo de contenido está bien publicar —y con quién— no solo estás obteniendo su consentimiento, sino que también estás iniciando un diálogo sobre redes sociales, privacidad y límites digitales saludables. Además, estás construyendo confianza y modelando un comportamiento responsable tú mismo.

“El sharenting ciertamente amplifica los problemas delicados en torno a la privacidad y el consentimiento, pero también brinda a los padres como yo la oportunidad de tener conversaciones importantes con los niños sobre el uso responsable de la tecnología y los límites saludables”, dice el Dr. Ralph Waldo (M.D., M.S.). “Tener conversaciones frecuentes y abiertas y modelar el uso equilibrado de las redes sociales en mi propio caso ha construido confianza en nuestro hogar.”

Ayudar a los niños a construir una relación saludable con la tecnología es una de las mejores cosas que podemos hacer como padres.»

Añade: “Aunque el sharenting es criticado, enfocarse en hacerlo de manera responsable enseña valiosas lecciones. Comenzar estas conversaciones temprano, establecer pautas y predicar con el ejemplo con tu propia presencia en línea es clave. Ayudar a los niños a construir una relación saludable con la tecnología es una de las mejores cosas que podemos hacer como padres.”

2. Establece reglas claras

¿Qué vale la pena compartir y qué debería mantenerse fuera de las redes? Esa es una conversación que vale la pena tener. Los hitos y los momentos divertidos pueden ser dignos de Instagram, pero los problemas de salud, el drama escolar y las luchas personales deben permanecer en privado. Establecer límites claros ahora significa menos discusiones más adelante.

“He trabajado con familias donde el exceso de compartir en redes sociales causó conflictos. Redactamos acuerdos sobre qué publicar y qué mantener privado en función de los mejores intereses de los niños. Con mis propios hijos, establecimos reglas claras sobre compartir hitos o momentos graciosos frente a mantener en privado la salud, las relaciones y las calificaciones,” explica el Dr. Waldo.

 3. Limita tu audiencia

El sharenting no tiene que significar compartir con todo el mundo. Mantén tus publicaciones privadas y limitadas a amigos cercanos y familiares. Plataformas como Instagram y Facebook te permiten filtrar quién puede ver tus publicaciones. Bloquea tus configuraciones para que solo las personas que conoces y en las que confías puedan ver tu contenido. Esto reduce el riesgo de exposición no deseada o de miradas indiscretas en los momentos familiares.

4. Usa herramientas tecnológicas para proteger a tu familia

Hay muchas herramientas tecnológicas disponibles para ayudarte a mantener los datos de tu familia seguros. Aquí tienes algunas que podrían marcar una gran diferencia:

    • Controles parentales: la mayoría de las plataformas de redes sociales y dispositivos te permiten configurar controles parentales que ayudan a monitorear y gestionar lo que tus hijos están compartiendo. Esto puede brindarte seguridad adicional y tranquilidad.
    • Difumina rostros: algunas aplicaciones como YouCam Perfect y Skitch te permiten difuminar detalles sensibles, como los rostros de tus hijos o sus uniformes escolares, para mantenerlos seguros mientras sigues compartiendo los momentos divertidos.
    • Elimina los metadatos de las fotos: antes de subir fotos, usa aplicaciones como Photo Exif Editor para eliminar los metadatos ocultos de tus fotos (como la ubicación y la información del dispositivo) que podrían revelar demasiada información.
    • Usa una VPN: Una Red Privada Virtual (VPN) es una excelente manera de mantener la actividad y ubicación en línea de tu familia en privado. Considera instalar una extensión VPN para Chrome, que es fácil de usar y ofrece mayor privacidad cuando compartes contenido desde una computadora.
    • Desactiva la función compartir de ubicación: Muchas plataformas etiquetan automáticamente tu ubicación cuando publicas. Desactiva los servicios de ubicación para evitar revelar el paradero de tus hijos.
    • Aplicaciones de Mmnsajería encriptada: Si estás compartiendo fotos o videos con familiares cercanos, utiliza plataformas de mensajería encriptada de extremo a extremo como Signal o WhatsApp, para que tus momentos compartidos permanezcan entre tú y las personas que realmente importan.

5. Predica con el ejemplo

Tus hijos aprenden de lo que haces. Al practicar un sharenting responsable, estás dando el ejemplo de cómo interactuar con las redes sociales de manera reflexiva y segura. Modelar un uso equilibrado de las redes sociales y límites saludables les ayudará a construir una mejor relación con la tecnología a medida que crecen.

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