Dirección IP de Clase B
Origen de la Dirección IP de Clase B
El origen de la dirección IP de Clase B está arraigado en los primeros días de internet, específicamente con el inicio del esquema de dirección IP. Desarrollada como parte del protocolo de red TCP/IP más amplio, la Clase B tenía como objetivo cubrir el vacío entre las abundantes direcciones de Clase A y las redes de Clase C más pequeñas, formando un terreno intermedio que podría servir eficientemente a organizaciones de tamaño considerable.
Aplicación práctica de la dirección IP de Clase B
Prácticamente, las direcciones de Clase B son utilizadas por universidades, gobiernos y grandes corporaciones que requieren un número significativo de direcciones IP pero no necesitan la gran escala de las de Clase A. Por ejemplo, una universidad con múltiples campus podría utilizar una dirección de Clase B para asignar eficientemente direcciones IP a cada red de campus, departamentos y otros recursos sin necesidad de múltiples direcciones IP públicas.
Beneficios de la Dirección IP de Clase B
Los beneficios de las direcciones IP de Clase B son numerosos. En primer lugar, ofrecen un sólido número de combinaciones de hosts, lo que las hace ideales para organizaciones con amplios requerimientos de red. Logran un equilibrio entre demasiadas (lo cual puede ser desperdicio) y demasiado pocas (lo cual puede ser restrictivo), optimizando así la gestión y el rendimiento de la red. Además, soportan la subred, lo que mejora aún más la organización y la seguridad de la red al permitir que se segmente en secciones más pequeñas y manejables.
Preguntas Frecuentes
Las direcciones IP de Clase B ofrecen un rango medio de redes y direcciones de host disponibles. Tienen un mayor número de direcciones disponibles que la Clase C, pero menos redes que la Clase A, lo que las hace adecuadas para redes de tamaño medio a grande.
Si bien una dirección IP de Clase B podría utilizarse técnicamente por una pequeña empresa, a menudo es más espacio de direcciones del que requiere una pequeña empresa. Una dirección de Clase C e incluso de Clase D podría ser más apropiada y rentable para las necesidades de una pequeña empresa.
Las grandes organizaciones se benefician de las direcciones IP de Clase B porque proporcionan un número suficiente de direcciones IP para acomodar su tamaño sin la complejidad y la subutilización que podrían venir con una dirección de Clase A. Esto permite una mejor asignación de recursos y gestión de la red.